Tratado Internacional de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura
El tratado entró en vigor el 29 de junio de 2004. Sus objetivos son la conservación y la utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura y la distribución correcta y equitativa de los beneficios derivados de su uso.
El centro del tratado es su innovador Sistema Multilateral de Acceso y Distribución de Beneficios, que asegura la disponibilidad continua de importantes recursos genéticos para la investigación y el mejoramiento de las plantas, garantizando al mismo tiempo un reparto equitativo de beneficios, incluyendo las ganancias procedentes de la comercialización. Otro rasgo innovador son las medidas para los derechos de los agricultores.
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